martes, 15 de octubre de 2013

BLIJ: La animación a la lectura desde edades tempranas

La animación a la lectura desde edades tempranas.
En nuestra sociedad, la lectura no ocupa un lugar importante en el tiempo de ocio de los españoles, no se tiene como un derecho del ciudadano, entre los niños y adolescentes
Aunque es verdad que nunca se ha leído tanto como ahora, ni han existido tantos lectores,  es una actividad poco valorada por muchos sectores de la sociedad.
Muchos lectores leen más como fuente de información más que como fuente de conocimiento.
Actualmente se piensa con buen criterio que el hábito del lector, aportará al individuo desarrollo personal, y facilidad para comprender el mundo y sus transformaciones, crítica y capacidad para comunicarse con los demás.

Tipos de lectura y lectura escolar.
Hay muchos tipos de lecturas, sobre todo instrumentales pero sabido es que la verdadera es la voluntaria, la que no tiene ninguna finalidad más allá de ella misma.
Cuando se refiere tanto a niños como adolescentes es un asunto espinoso.
Las lecturas escolares, en el caso infantil y juvenil, son obligatorias. Tanto como otras actividades,  y hay que aceptarlas y realizarlas, exigen esfuerzo, disciplina, tiempo y dedicación. Estas lecturas hay que presentarlas y demostrarles a los escolares que son importantes para ellos. Y conjugarlas, con las lecturas voluntarias, realizando una empatía entre ambas y el lector.
La responsabilidad de la escuela es la competencia lectora, que sepan leer y comprender lo que leen, además de la educación literaria de los escolares.
Sin embargo bien es sabido que en la adolescencia, muchos chicos, suelen perder el hábito lector adquirido en la escuela, abandonado los libros y lecturas literarias. En ello influyen varios motivos, sobre todo culturales, dificultades de comprensión o educacionales.
Principalmente el hábito de la lectura voluntaria se suele adquirir en casa, no en la escuela, normalmente se refuerza con la práctica de la lectura en familia. Lo más eficaz para un niño es probablemente, que vea leer.
En segunda instancia, estaría en la escuela. Y en tercera, en relación con las anteriores, la biblioteca.
El impacto de los medios audiovisuales de comunicación, han favorecido un cierto cambio de modelo cultural, ya que hemos pasado de una cultura alfabética, textual e impresa a otra de imágenes audiovisuales, implicando modificaciones en el uso del lenguaje, y sobre todo de razonamiento.

El mundo de la animación a la lectura.
En los últimos años son frecuentes las actividades de animación a la lectura, sobre todo en el ámbito escolar y bibliotecario. Y aunque ha sido una actividad organizada para el fomento de la lectura, necesita más firmeza, y un buen empuje de su promoción, debidamente institucionalizada. Políticas de promoción lectora.
El objetivo principal de la animación a la lectura debiera ser la mejora de los hábitos lectores de los individuos a quienes se dirige la animación, hasta lograr en ellos hábitos lectores estables. El logro de este hábito tendría que ser al margen de la práctica lectora como actividad escolar obligatoria, desarrollando la lectura libre, voluntaria.
No hay que olvidar que la lectura no es solo el reconocimiento de unos sonidos o unas sílabas o palabras de un texto; leer es, comprender, interpretar, participar.

Estrategias y técnicas de la animación a la lectura.
La actividades que programamos y los mecanismos que ponemos en funcionamiento para animar a leer no tiene que se siempre los mismos, Hay estrategias y técnicas que necesitan la lectura previa de un libro y hay otras que no necesitan esa lectura previa. En cualquier caso se requiere unas condiciones previas: 1) Que la actividad sea libre.2) Que los libros sean adecuados a la edad. 3) Que tenga calidad. 4) Que sean textos completos. 5) Que la experiencia se pueda comunicar a los demás.

Elementos negativos en una animación.
En ciertas animaciones, sobre todo en el ámbito escolar, aparecen condicionantes que entorpecen el desarrollo y lo que es peor impiden el logro de los objetivos que se proponen. Los más peligrosos son la obligatoriedad  e identificación con un trabajo de clase más. Son elementos negativos, el libro elegido, que el libro no conecte con los destinatarios o que el texto sea fragmentado.
La sociedad debería exigir la competencia lectora de todos sus ciudadanos, es más necesario que nunca un ciudadano lector, competente y crítico, capaz de leer cualquier texto. Si la lectura fue, en otro tiempo, una actividad minoritaria, hoy debería considerarse un bien al que deberían tener acceso todos los individuos. Ser alfabetizado es un derecho universal de todas las sociedades.
Para que el camino recién iniciado de los nuevos lectores no se vea interrumpido es imprescindible que no les contemos historias aburridas, que no les impongamos las lecturas, y que no les coartemos su capacidad para creer en cosas increíbles e imaginar mundos maravillosos. Es necesaria en ese camino una buena convivencia entre las lecturas escolares y voluntarias.


Esto ayudará a la formación del espíritu crítico del lector y podrá ejercerlo con libertad.

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